la estacion

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Presentación

Saludo

A los muchachos y muchachas,

a los maestros y maestras,

a todas las familias:

El buen funcionamiento de un Centro es importante para el desarrollo de la sociedad en la que se inserta. De la instrucción, de la formación y de la educación que sea capaz de proporcionar a sus muchachos y muchachas depende, en buena medida, su futuro.

Como bien es sabido, la sociedad de nuestro tiempo está sometida a tensiones y cambios constantes, lo que produce intranquilidad y cierto desasosiego ante lo desconocido. Ello no debe impedir, no obstante, que nuestros alumnos y alumnas encuentren en el Colegio el ambiente adecuado que les permita obtener el mejor aprovechamiento.

Socialmente, los tiempos cambian, las circunstancias también, y lo mismo sucede con las leyes, las normas y los modos pedagógicos; sin embargo, el presente y el futuro de la institución escolar dependen más, probablemente, del talante y de la dedicación de las personas (alumnos, maestros, padres), que del conjunto de las leyes educativas por las que nos regimos. Por eso, en primer lugar, nuestra principal preocupación está en conseguir internamente un clima favorable que propicie la creación de una auténtica COMUNIDAD ESCOLAR que crea en sus propios recursos humanos y en sus muchachos y muchachas como objeto fundamental de nuestro trabajo.

En segundo lugar, queremos que la educación que nuestro Centro ofrezca sirva para mejorar el nivel intelectual de los jóvenes ciudadanos. De ello dependerá que alcancen un desarrollo personal pleno que les lleve, a su vez, al pleno desarrollo profesional en el futuro.

En tercer lugar, y por encima de todo, queremos contribuir a mejorar su calidad humana, gracias a la cual construiremos una sociedad más libre, solidaria y participativa.

De acuerdo con lo anterior, en el Colegio La Estación trabajamos, desde un planteamiento de igualdad de oportunidades, para desarrollar al máximo el potencial de los alumnos. Para ello, consideramos fundamental prestarles la necesaria atención individualizada, reforzar la transmisión de los conocimientos instrumentales —la auténtica base de la labor educativa— y, desde ahí, incrementar su nivel competencial, especialmente la capacidad de pensar, al mismo tiempo que, desde un planteamiento de trabajo cooperativo, ayudarles a superar el individualismo.

Finalmente, pensamos que no hemos de perder de vista que se ha de actuar con transparencia —tal como piden los nuevos tiempos y las nuevas leyes—, que se ha de rendir cuentas de las responsabilidades de cada uno, y que se ha de desarrollar, en todos los sectores de la Comunidad Educativa, la cultura del esfuerzo. Si logramos todos estos propósitos, que los enunciamos mucho más que como meras palabras, estamos seguros de que nuestro Colegio alcanzará con solvencia sus objetivos educativos y sus deberes con la sociedad.